Letters to the Future es un proyecto de arte sobre el plástico y el tiempo. En síntesis, desechos plásticos de las calles de Vientam se convierten en láminas delgadas sobre las cuales diversas personas escriben cartas a sus descendientes. El proyecto me encanta desde varios ángulos. Primero, el problema con el plástico siempre me ha llamado la atención. Me cuesta creer que los humanos aún no seamos capaces de resolver lo mucho que nos gusta usar plástico versus todo lo que se tarda en degradarse. Segundo, me parece un precioso ejercicio escribirle a los que vienen. Es un juego con la línea del tiempo que permite conectarnos con la humanidad del futuro. Por último, la obra final -el libro de cartas- aplica a la perfección la visión de que “en el arte, el medio es el mensaje”, que cuando la veo bien ejecutada me parece de una genialidad superior.
“Incluso una simple bolsa de plástico dura más de mil años. Eso significa que una bolsa seguirá existiendo cuando nuestros tataranietos nazcan dentro de 1000 años. Les pedimos a nuestros amigos que escribieran una carta a sus tataranietos porque encontramos la manera de preservar sus cartas por mil años: Haciendo páginas que duran mil años. Nos asociamos con recicladores locales para ayudarnos a obtener el plástico que necesitamos. Con la ayuda de nuestros amigos, pudimos recolectar diferentes tipos de bolsas de plástico, cajas de espuma de poliestireno, plástico de burbujas y varios tipos de láminas de plástico necesarias para crear el material base. Cada letra fue escaneada, convertida en serigrafía e impresa a mano individualmente en cada página, conservando la letra original del autor. Las cartas para el futuro impresas fueron unidas a mano entre láminas de plástico reciclado para armar un libro”.